Como queríamos comer unas buenas empanadas salteñas fuimos a Doña Salta. Se encuentra cerca del centro, enfrente de la Iglesia San Francisco, que si vas de noche la vas a ver iluminada y es una belleza.
Fuimos temprano, porque si no, tenés que esperar. Es una antigua gran casona, con varios ambientes. Tiene una decoración campestre, y los mozos están vestidos como gauchos salteños.
Además de los platos regionales hay algo de parrilla y de cocina como guiso de lentejas o cazuela de conejo . No es una extensa carta, pero creo que si vas a Doña Salta, tenés que probar los platos tradicionales.
Nosotros pedimos de entrada unas empanadas de queso y unas de carne cortada a cuchillo. Las empanadas son más bien pequeñas, un poco más grande que las de copetín. Las empanadas estaban buenísimas. Amo cuando la empanada chorrea!
Y siguiendo la idea de probar platos regionales, pedimos de plato principal tamales y humita en chala. Muy buenas!
Los tamales son a base de maíz y carne envuelto en hoja de chala. La humita es a base de choclo, queso y especies, también envueltos en chala. Pueden ser dulce o saladas.
Nos tentamos y pedimos de postre flan con dulce de leche! Lo bueno es que estábamos a unas cuadras del hotel, lo que nos permitió bajar la comida.
La comida es rica y la atención muy buena. La comida salió enseguida, quizás porque no eran platos elaborados. Te recomiendo ir temprano, nosotros fuimos a las 20:30 y el local estaba a la mitad de su capacidad, pero cuando nos fuimos, estaba lleno y había gente esperando afuera.
No me pareció barato si tenemos en cuenta que comimos empanadas. Aceptan solo efectivo y débito.
Doña Salta es un restaurante muy recomendable.
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